UN ALTO EN LA VIDA.
Aturdido, preocupado y cariacontecido estaba el que algún día se sintió abatido por el accidentado periplo de su vida, estuvo inmerso en la soledad, en la ermita; y nadie pudo sacarlo de su silenciosa tristeza, o al menos amenguar su dolor oculto. Todos apuntaban al recorrido de los días de la semana: que la competitividad del conocimiento, que la globalización y sus efectos, o que quien podía ostentar algún logro académico. Estos aspectos eran, y siguen siendo, el común denominador en las actividades humanas, cual si fuera el pan de cada día; sin embargo, todos o la gran mayoría de personas nos tomamos un momento para discernir el curso de nuestra vida: sus logros, sus fracasos, sus anhelos, sus anécdotas.
Son muy pocos los que se dan verdaderamente una tregua para meditar sobre lo que han hecho o logrado durante sus días de existencia, y el Personaje Implícito de esta narración no fue ajeno a este proceso mental, y con la ayuda de algunas personas y de algunos escritos es que ahora puede jactarse de tener un norte diáfano, con una perspectiva difusa, y sobre todo que se siente bien consigo mismo. Es que la vida te ofrece un camino con diferentes formas de relieve: algunas veces te presenta un desierto, donde la sed agobia tu alma; una cordillera, donde mide la capacidad para escalar y derribar óbices; un hermoso vergel, al cual tienes que cuidar para que sus plantas no se marchiten; y algunas veces te presenta concavidades que miden tu fuerza y perseverancia para llegar al llano.
Una tregua a las actividades cotidianas es necesaria, te permite reconocer tus fortalezas y debilidades, te hace darte cuenta de lo que realmente tienes, e incluso meditar sobre estos puntos te hace ver tu aspecto humano, porque antes de ser estudiantes, profesionales o padres de familia somos personas, ¡si personas!, con una gama de habilidades que desconocemos, de repente por el ritmo de vida tan agitado que se lleva, y no nos damos cuenta con lo que contamos, e incluso ni con lo que sentimos, pero si en este momento sientes algo lindo dentro de tu ser y tienes la posibilidad de mostrar tu lado humano, ¡hazlo! para que una fruición interna se apodere de ti y engrandezca tu espíritu. Todos contamos con la posibilidad de hacerlo, solo necesitas tomar conciencia de lo que realmente tienes para ti, y así podrás dar algo de ti a tus semejantes. El estar gozosos y hacer que otras personas gocen con tu accionar contribuyen a mejorar al género humano, máxima creación del Todopoderoso.
Son muy pocos los que se dan verdaderamente una tregua para meditar sobre lo que han hecho o logrado durante sus días de existencia, y el Personaje Implícito de esta narración no fue ajeno a este proceso mental, y con la ayuda de algunas personas y de algunos escritos es que ahora puede jactarse de tener un norte diáfano, con una perspectiva difusa, y sobre todo que se siente bien consigo mismo. Es que la vida te ofrece un camino con diferentes formas de relieve: algunas veces te presenta un desierto, donde la sed agobia tu alma; una cordillera, donde mide la capacidad para escalar y derribar óbices; un hermoso vergel, al cual tienes que cuidar para que sus plantas no se marchiten; y algunas veces te presenta concavidades que miden tu fuerza y perseverancia para llegar al llano.
Una tregua a las actividades cotidianas es necesaria, te permite reconocer tus fortalezas y debilidades, te hace darte cuenta de lo que realmente tienes, e incluso meditar sobre estos puntos te hace ver tu aspecto humano, porque antes de ser estudiantes, profesionales o padres de familia somos personas, ¡si personas!, con una gama de habilidades que desconocemos, de repente por el ritmo de vida tan agitado que se lleva, y no nos damos cuenta con lo que contamos, e incluso ni con lo que sentimos, pero si en este momento sientes algo lindo dentro de tu ser y tienes la posibilidad de mostrar tu lado humano, ¡hazlo! para que una fruición interna se apodere de ti y engrandezca tu espíritu. Todos contamos con la posibilidad de hacerlo, solo necesitas tomar conciencia de lo que realmente tienes para ti, y así podrás dar algo de ti a tus semejantes. El estar gozosos y hacer que otras personas gocen con tu accionar contribuyen a mejorar al género humano, máxima creación del Todopoderoso.
0 comentarios